La Luna de Metropoli(S)
Todos los viernes acudo al quiosco a comprar el periódico. Es casi ya un ritual. El sol caía como un demonio. Era la una del mediodía, joder. Pero a quién se le ocurre salir a esas horas de casa. A mí. Hoy la portada del suplemento que acompaña al periódico promocionaba el inminente estreno de la película Superman Returns. ¡Vaya novedad cuando no hay una sola publicación o medio de comunicación que no intente vendértela!
Sin embargo, había cierta novedad esta vez en el envoltorio. A modo de página de cómic se cuenta como ha pasado el papel de tan superheroico personaje de manos del mítico Christopher Reeve al aún desconocido Brando Routh. Dentro poca cosa que no se haya repetido ya mil veces en mil sitios diferentes: que si ha tenido un presupuesto de 200 millones de dólares; que si este proyecto llevaba 20 años dando vueltas por los despachos de la Warner y la consiguiente lista de directores candidatos que ha tenido –desde Tim Burton hasta Oliver Stone, pasando por gente tan dispar como Kevin Smtih, Michael Bay, Stephen Norrington, Wolfgan Petersen o (¡ay!) McG-; que si Kevin Spacey interpreta al Lex Luthor más malvado que se haya visto; que si el papel de Lois Lane lo interpreta tal actriz que ha tenido que cambiarse el tinte; que si se han rescatado imágenes de Marlon Brando del primer Superman de 1978; que si… que si…
Pero lo más curioso, dentro de esta retahíla de curiosidades, es que esta quinta entrega de la saga no vaya en ese lugar. No, ya que se situaría entre los hechos acaecidos entre Superman II (1980) y Superman III (1983) y obviando, con mucho acierto, la bochornosa Superman IV, En busca de la paz (1987). Y es que este último título no había por donde cogerlo. Yo tenía apenas 13 años y me pareció la mayor bobería del mundo. Por entonces, la serie de cómic estaba en manos de un férreo John Byrne que controlaba las tres colecciones (Superman, Action Comics y Adventures of Superman) y, lógicamente, fue invitado a colaborar en el proyecto. Al respecto Byrne declaró: “Escribí varios planteamientos para la cuarta película de Superman, por los cuales pasaré un millón de años en el Infierno. No llegarían a usar ninguna de mis ideas, pero el hecho de que estuviera vinculado con aquel pedazo de mierda es suficiente para enviarme al purgatorio para siempre”.
Superman regresa del espacio seis años después y descubre que, en su ausencia, todo ha cambiado: Lois Lane ha tenido un hijo y la ciudad ha aprendido a vivir sin él. Pues eso, veamos cómo sigue la cosa porque el miércoles próximo realizaré otro ritual: ver otra entrega más de Superman en el cine.
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