sábado, diciembre 31, 2005

BALANCE 2005 (PARTE 1): LOS MEJORES CÓMICS.


Es habitual por estos días hacer repaso del año que está a punto de concluir. En infinidad de webs, blogs, televisión, radio y prensa escrita en papel se hace balance de las noticias más importantes, los personajes que nos han dejado, los mejores libros publicados, las mejores películas o los mejores cómics (leídos).
Siempre son algo injustos estos "top tens" y siempre se queda algo fuera. Ahí va uno de los top tens que aparecen en la web ZONA NEGATIVA y, dicho sea de paso, con el que más me identifico.
1.- INVENCIBLE, de Robert Kirkman, Cory Walker y Ryan Ottley.
2.- SUPREME POWER, de J.M. Straczynski y Gary Frank.
3.- SUPERMAN: IDENTIDAD SECRETA, de Kurt Busiek y Stuart Immonen.
4.- Y, EL ÚLTIMO HOMBRE, de Brian K. Vaughan y Pia Guerra.
5.- LOS MUERTOS VIVIENTES, de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard.
6.- JACK STAFF, de Paul Grist.
7.- ASTONISHING X-MEN, de Joss Whedon y John Cassaday.
8.- PLANETARY, de Warren Ellis y John Cassaday.
9.- SLEEPER, de Ed Brubaker y Sean Phillips.
10.-POWERS, de Brian Michael Bendis y Mike Avon Oeming.
A esta lista yo incluiría títulos como EL ELEGIDO (de Mark Millar y Peter Gross), HULK GRIS (de Jeph Loeb y Tim Sale) o la serie (injustamente olvidada) en todos estos "top tens", la de las aventuras del Capitán Torrezno. Ya saben los cómics de Santiago Valenzuela y publicados por Ediciones de Ponent. Ahí tenéis la portada del primero de la serie: HORIZONTES LEJANOS.
También habría que decir algo, creo, en el apartado de las mejores reediciones (SIN CITY, V for VENDETTA, JACK KIRBY: CUARTO MUNDO, COMO UN GUANTE DE SEDA FORJADO EN HIERRO, ASOMBROSO SPIDERMAN, etc.) , pues de todas yo me quedo con la re(edición) del material de SPIROU del gran Framquin que ha venido haciendo Planetade Agostini estos últimos años.
Doy por supuesto que me faltan títulos y series por mencionar, ya dije al principio que estos "top tens" son siempre algo injustos.

martes, diciembre 13, 2005

EL CIELO SE NOS CAE ENCIMA!


Qué título más apropiado –por desgracia- de este último capítulo -¡y van 33!- de las aventuras –para mí- de Obelix y Astérix. Y es que el cielo, el mundo, el alma se te cae a la altura de los pies apenas abres este álbum. Recuerdo aquellas tardes muertas devorando los primeros álbumes de estos personajes en la Biblioteca Pública Villaespesa de Almería. Recuerdo La Hoz de Oro, Astérix legionario, Astérix y los godos, El combate de los jefes, La residencia de los dioses o, mi preferido, Astérix y Cleopatra. Luego vendrían otros títulos para mí bastante más flojitos: El hijo de Astérix, Astérix en la India, Astérix y La Traviata… Para entonces su guionista, René Goscinny había desaparecido –Astérix en Bélgica fue el último realizado por la pareja- siendo desde entonces Uderzo el que se encargaba tanto de la parte gráfica como del guión. Y así llegamos a El cielo se nos cae encima, el último álbum de Asterix y compañía. Y al despropósito, vamos, que es este tebeo -¿de Asterix?-. Su portada rememora el primer álbum de la serie, Astérix el Galo, pero cualquier parecido con éste mítico título se ha quedado en la portada y nada más. Siempre nos quedará aquella, la mayor aventura jamás dibujada. Aquella donde fueron necesarios para su realización: 14 litros de tinta china, 30 pinceles, 62 lápices de mina blanda, 1 lápiz de mina dura, 27 gomas de borrar, 38 kilos de papel, 16 cintas mecanográficas, 2 maquinas de escribir y ¡67 litros de cerveza! Hablo, por supuesto, de Asterix y Cleopatra...

sábado, noviembre 26, 2005

ZOMBIS DE PAPEL


Ya lo comentaba en un post hace tiempo: los zombis son una de mis debilidades. Y no sólo hay zombis en el cine. No. También los hay en los cómics. Y a montones. Si hiciéramos un pequeño repaso (¡vamos a hacerlo!)... Para ser justos habría que empezar nombrando a la editorial EC, donde fueron estos seres estrellas indiscutibles. Tales from the Crypt, The Vault of Horror y The Haunt of Fear aglutinaban historias de apenas seis o siete páginas en tono jocoso y con muy mala uva. Historias presentadas por ilustres personajes como El Guardián de la Cripta, El Guardián de la Cámara de los Horrores o La Vieja Bruja, y dibujadas por gente de la talla de Johnny Craig, Al Feldstein, Harvey Kurtzman, Ghastly Ingels, Wally Wood o Jack Davis -mi favorito-. Y si la nómina de autores era tan extensa es porque la producción de la EC también lo era (y no sólo en el género del cómic de terror: abarcaba la sci-fi, el bélico, el suspense y un largo etcétera). Esta época dorada sólo duró desde 1950 a 1955. Las alucinantes teorías del doctor Fredric Wertham en su libro La seducción del inocente alarmaron a la opinión pública (principalmente padres preocupados por la educación de sus hijos) y motivaron la intervención de senadores como Estes Kefauver que iniciaron una cruzada moralista -recuérdese que estamos en los puritanos (y puñeteros) Estados Unidos- que acabó asustando a los editores de cómics. Éstos decidieron entonces protegerse creando su propio código de censura (el Comic Code Authority), dando la espalda al editor de la EC, William M. Gaines, que se vio obligado a cerrar el chiringuito.

Hasta mediados de los 60 no volveríamos a encontrarnos a muertos vivientes o cualquier otro tipo de horror comparable en un cómic. El culpable de ello fue el bendito Jim Warren, editor de revistas tan importantes como Creepy, Eerie o Vampirella. Éstas enlazaban con las historias de la EC, incluso con un anfitrión muy cachondo: el tío Creepy. Curiosamente sirvió de lanzamiento de numerosos dibujantes españoles como Pepe González, Esteban Maroto, Luis García, Luis Bermejo, José Mª Bea o José Ortiz. Y, por supuesto, ofrecía también historias de autores internacionales de primer nivel. Sirva de ejemplo sólo dos nombres: Frank Frazzeta y Berni Wrightson.
En España encontrábamos estas historias (y otras muchas) en títulos de los 80 como Creepy, Vampus, Dossier Negro, Vampirella, Escalofrío, Rufus, Horror, Espectros, S.O.S… Unas mejores y otras peores, evidentemente, y Creepy destacaba sobremanera en todos los niveles (edición, autores, longevidad, etc.). En Espectros se reeditaba el material de la EC y, a nivel anecdótico, en S.O.S. se publicaron las primeras páginas de un jovencísimo Salvador Larroca.
En Vampus encontrábamos a gente más ligada al cómic book comercial de superhéroes como Steve Englehart, Roger McKenzie o Carmine Infantino.

Precisamente también las dos más grandes editoriales americanas, Marvel y DC, contribuyeron con sus particulares monstruos setenteros a enriquecer el mundo zombi. De todos sus títulos destaca sobremanera La tumba de Drácula. Esta serie de Marvel contaba con un magnifico equipo creativo formado por Marv Wolfman (guión), Gene Colan (dibujo) y Tom Palmer (entintado). Otra magnífica serie que podríamos incluir, si tenemos en cuenta los censurados orígenes zombis del personaje, sería La Cosa del Pantano, ya que, en un principio, el doctor moría y resucitaba como esta criatura, pero la censura del comic code no toleraba a los zombis (¿recordáis por qué cerró la EC?).

Y llegamos a los 80. Es en 1986 cuando nace en Italia el más famoso investigador de lo sobrenatural -con permiso de Martin Mystère-: Dylan Dog. Todo un fenómeno en su país natal con una tirada de 500.000 ejemplares, éxito que se debe fundamentalmente a su guionista Tiziano Sclavi, un enfermizo enamorado del terror. Historias como El alba de los muertos vivientes, La momia, La zona del crepúsculo o Morgana justifican, sobradamente, el por qué de su inclusión aquí aunque no por qué no termina de cuajar este producto en nuestro país –Ediciones Zinco, Ediciones B y en la actualidad Aleta Ediciones han intentado exportar este título a nuestro país sin demasiado éxito-.

En los 90 aparece Dark Horse, una recién nacida editorial norteamericana, que aglutinó a los autores más relevantes del comic-book del momento: Frank Miller, Arthur Adams, John Byrne, Mike Mignola, Dave Gibbons, Paul Chadwick y Geof Darrow. Bajo el sello Legend éstos a los que se les llamó “los siete magníficos” crearon varias de las series y personajes más importantes de los últimos años. Sin City, Next Men, Concrete o el que nos interesa a nosotros, Hellboy, otro investigador de lo paranormal. Su primera historia fue Semilla de destrucción con diálogos de mi idolatrado John Byrne y con un nuevo Mike Mignola en el apabullante apartado gráfico. Demonios, fantasmas, seres poseídos, criaturas monstruosas varias y, por supuesto, zombis son los personajes secundarios que pululan por las páginas de estas historias donde sólo por los dibujos de un impresionante Mignola merece más que la pena leerlo. Otra cosa son los guiones, a veces algo flojitos.
Precisamente en el siguiente título de zombis, World Zombie: El señor de los gusanos, el guión también lo firmaría Mike Mignola y los dibujos los pondría Pat McEown que cumple correctamente con su cometido.

Pero si tenemos que tener presente títulos algo más recientes que eleven la calidad de los cómics protagonizados por zombis a cotas sobresalientes, tenemos que mencionar (forzosamente) Aleister Arcane, Criminal Macabre, Remains o Los Muertos vivientes. El guionista Steve Niles es responsable de los tres primeros y de esa magnífica historia de vampiros titulada 30 días de noche: regreso a Barrow y de su secuela Días oscuros. Y tanto Aleister Arcane como Remains los publica Recerca Editorial dentro de una interesante línea editorial llamada Horrorama que tendrá continuación con Las pisadas del Diablo o Nancy in Hell. En el apartado gráfico cada título corre a cargo de gente de lo más diversa -Breehn Burns (Aleister…), Kieron Dwyer (Remains), Ben Templesmith (Criminal Macabre)-, alcanzando todos ellos unos niveles acojonantes. A un servidor después de leerlos se le caía –con perdón- la picha a cachos…
Luego tendríamos la obra de Robert Kirkman (Invencible) y Tony Moore: Los muertos vivientes: días pasados. Historia que parte de la premisa mil veces repetida –un día cualquiera los muertos se levantan de sus tumbas- pero que aquí no se reduce sólo a eso y va más allá del mero disparo en la sesera y hemoglobina a mansalva (que también los hay). Y disfrutaréis de ella si, parafraseando al mismo Kirkman, te gustan las películas que te hacen cuestionarte el tejido de la sociedad. Y en las buenas películas de zombis… de eso hay a montones.

Otros títulos donde el zombi ha ocupado un papel importante dentro de la historia es El Bruto de Eric Powell o el aún por descubrir (¿y reivindicar?) John Caronte, Detective Zombie. Este cómic, donde Jaime Román Collado y Tony Sandoval nos ofrecen dos historias repletas de acción, humor y muchos zombis, parece ser que ha logrado alcanzar las listas de los más vendidos en Estados Unidos.

Y en un futuro –si no ya un presente inmediato, depende de cuándo leáis esto- nos espera la segunda parte de Los muertos vivientes y Marvel Zombies, ambas, de nuevo, guionizadas por Kirkman. Al respecto de este último título, tal como señala Álvaro Pons: uno de los guionistas más sugerentes del mainstream junto al siempre correcto Philips… ¿haciendo de los personajes Marvel una caterva de zombies? ¡Esto no me lo pierdo!

sábado, octubre 15, 2005

ANTES UNA ZANAHORIA DE PLASTILINA QUE UN ZURULLO DE VERDAD.


Me niego a dejarme llevar por la vorágine de la estulticia y del borregismo más histriónico. Me niego a alimentar la zafiedad y el humor de sal gorda pensado para un montón de Nengs descerebrados -perdón la redundancia-. Vamos que me niego a ir al cine a ver Torrente 3: El protector. Y ante tal obstinada decisión cuando llego al cine (y viendo la cartelera) ni lo dudo: hoy toca una de cine de animación, Wallace & Gromit: La maldición de las verduras. Y he dicho una de animación y no de dibujos animados. Aunque para mucha gente es lo mismo. Para la misma que piensa que el cine de “dibujos animados” es sólo para niños. Son prejuicios (estúpidos). Y esa misma gente pensará que Torrente sí es para un público adulto, claro. Y en parte estoy de acuerdo, sería un crimen meter a un crío a ver ese atropello presuntamente chistoso de cameos de famosotes, bastante tienen con lo que le echan indiscriminadamente por la tele. Efectivamente, los (pseudo)adultos que se metan en el Torrente. No seré yo quien los saque del equívoco, me encanta ir al cine a primera sesión y encontrarme la sala vacía.
Más información sobre esta fabulosa (y pequeña joya) en:

viernes, septiembre 23, 2005

UNA DE ZOMBIES, OTRA DE ZOMBIES...


Una de mis grandes (y más tempranas) pasiones es el cine. Y dentro de mis gustos cinematográficos tengo debilidad por algunos géneros y subgéneros. Uno de ellos es el terror. Y en especial el subgénero del cine de zombies. Así que cuando se estrenó hace unas semanas La tierra de los muertos vivientes (2005), la enésima excursión de George A. Romero en este subgénero (que él mismo reinventó) no pude resistirme a la tentación.
Todo el mundo recuerda, supongo, aquella joya del cine de terror llamada La noche de los muertos vivientes (1968). Aunque no seamos conscientes de ello, la mayor parte de películas de terror están protagonizadas por muertos vivientes: vampiros, momias, monstruos puzzle, zombies... Pero si hay que asociar este subgénero a algún personaje concreto es a éste último: al de zombi. Y precisamente fue Romero quien instauró en esta película el prototipo de zombi moderno devora cerebros que hoy en día todos conocemos.
Lo cual no quiere decir que hasta entonces hubieran de esperar estos cadáveres vivientes para salir de sus tumbas y corretear por ahí a sus anchas. Muestra de ello lo tenemos en La legión de los hombres sin almas (1932) -donde se utiliza por vez primera el término “zombie”- o la más conocida y popular Yo anduve con un zombi (1943) de Jacques Tourneur. Éstos eran zombies preromero, hijos de los ritos de vudú haitianos. La legión… tuvo una secuela titulada Revolt of the zombies (1936), y ese mismo año Michael Curtiz convirtió a Boris Karloff en un zombi-pianista (¿?) en The Walking Dead. Pero será tras el éxito de Yo anduve… cuando surgirían toda una avalancha de películas, sobre todo de serie Z -y nada tiene que ver esta “zeta” con la de zombi- a cual con temática más absurda: en Revenge of the zombies (1943) John Carradine comandaba una legión de zombies- nazis; en The Voodooman (1944) repetiría mismo protagonista –junto al gran Bela Lugosi- donde un médico enloquecido trata de resucitar a su mujer aplicándole la “vitalidad mental” (¡!) de las jóvenes que asesina; en Valley of the zombies (1946) se incluía también la figura del mad doctor; Zombies on Broadway (1945) donde dos agentes de prensa descubren en un club nocturno de Broadway a un verdadero zombi (…); en Zombies of the stratosphere (1952) unos zombies-marcianos invadían (o al menos lo intentaban) la Tierra; y en Zombies of Mora Tau (1957) éstos eran zombies-anfibios y custodiaban un tesoro marino; en Voodo Woman (1957) otro mad doctor transformaba a las nativas de una de las islas de las Antillas en zombies a sus órdenes… La lista sería interminable así que sólo citaremos dos títulos más: Invisible Invaders (1959) y la que es considerada la peor película de la historia, Plan 9 from outer space (1956) del inclasificable -quién si no- Ed Wood. Curiosamente estos dos títulos incorporan y presentan precedentes iconográficos de los zombies de Romero: en la primera, lo impecablemente bien vestidos que van el grupo de resucitados (en contraste con la cara demacrada); y, en la segunda, los torpes andares del ¿actor? Tor Jonson tras su resurrección.
Así, tras esas producciones de los años. 40 y 50 (incluidas bochornosas patochadas de Abbott y Costello, que las hubo), a finales de los 60 llega un jovenzuelo de 28 añitos y se marca esa obra maestra que daba savia nueva al género instaurando (ya lo hemos dicho) el prototipo de zombi moderno devora cerebros que hoy en día todos conocemos. Este filme, a modo de dato curioso, inauguró la lista de películas de terror hechas con cuatro duros y que terminan siendo un exitazo de taquilla -La matanza de Texas (1974), La noche de Hallowen (1978) o El proyecto de la Bruja Blair (1999)-.
El mismo Romero retomó el tema diez años después en Zombie y luego, con bastante menos acierto, en El día de los muertos vivientes (1985). Romero puso de moda entonces el resucitar a los muertos dando lugar a otra segunda avalancha de títulos –mejores y peores- entre los que destacan Posesión infernal (1982), El regreso de los muertos vivientes (1985) –uno se pregunta cómo el coguionista de Alien, Lifeforce o Desafio Total concibió tamaño despropósito-, la injustamente olvidada El terror llama a su puerta (1986), Maniac Cop (1988) o las primeras obras fílmicas de Peter Jackson, Bad Taste (1988) y Braindead: tu madre se ha comido a mi perro (1992), o incluso las sagas de Pesadila en Elm Street, Hallowen y El Cuervo (¿o es acaso Freddy Krueger, Jason Myers y Brandon Lee no son muertos vivientes?).
A este desquiciado y suculento listado de títulos habría añadir los que el giallo italiano (spaghetti gore, para otros) aportó con Mario Bava, Dario Argento o Lucio Fulci a la cabeza. Pero es que hasta la paupérrima “industria” española ha aportado su granito de arena con joyitas como No profanar el sueño de los muertos (1974) o los míticos templarios de La noche de terror ciego (1971). Y, por razones más que lógicas, obviamos la película que da título a este post.
En los 80 se volvería al zombi vudú originario, al haitiano, en estupendos títulos como La serpiente y el Arco Iris (1987) –puede que el único producto decente del inefable Wes Craven-, Los Creyentes (1986) o en El corazón del Ángel (1987) de Alan Parker.
Pero llegamos a los 90 y comienzan con una versión actualizada de La noche de los muertos vivientes (1990) y una vuelta a los zombies de Romero. Esta película, producida por el mismo Romero y dirigida por el director de efectos especiales Tom Savini, apenas aportaba algo nuevo; si acaso el papel más agresivo post Alien de la protagonista femenina acorde a los nuevos tiempos. Más cercanas tenemos 28 dias después (2002) o la esplendida El amanecer de los muertos vivientes (2004) –remake (superior) del Zombi de Romero (¡de nuevo!)-. Película ésta con uno de los mejores inicios del cine de terror.
Y de ahí a la recién estrenada La tierra de los muertos vivientes, película que nos ha servido de excusa para este (breve) repaso al cine de zombies. Película que sólo nos hace añorar aún más a un Romero no ha vuelto hacer nada comparable a aquello con lo que nos sorprendió hace ya más de tres décadas.
Así que, para quitarme el mal sabor de boca, llego a casa y decido escribir algo sobre el tema. Enciendo el ordenador, me conecto a internet y comienzo a buscar información sobre el tema mientras escribo las primeras palabras “Una de mis grandes (y más tempranas) pasiones…”
y sigo escribiendo: "... es el cine. Y dentro de mis gustos cinematográficos..."

jueves, agosto 25, 2005

VIÑETAS A CORUÑA


Hay una serie de eventos dedicados al cómic en España que gozan de muy buena fama. Y no hablo ni de Barcelona ni de Granada. Hablo de Viñetas desde o Atlántico (del 15 al 22 de agosto). En La Coruña. Otro podría ser Getxo o Avilés. Pero no he estado ni en Getxo ni en Avilés y de La Coruña acabo de volver. Puedo hablar de él. Y muy bien, oye.
Este año no ha habido grandes autores (Miguelanxo Prado es un gran autor pero no cuenta porque es el organizador). Estaba George Pratt, Enrique Ventura (¿lo catalogamos como gran autor?), Enrique Breccia o Purita Campos (la de Esther y su mundo, Gina o Jana, para más información) y pare usted de contar. Había interesantes exposiciones de los autores invitados y algunas otras también muy interesantes (una de ellas, por ejemplo, dedicada al Capitán Trueno), charlas, presentaciones y personajes de cómic diseminados por toda La Coruña. La de Hellboy era alucinante. Y luego estaban los stands alineados a lo largo de la Avenida de la Marina. Stands donde podías encontrar desde lo último de Panini o Planeta a fanzines como el gallego BD Banda o el almeriense La Duna. Aquí quería yo llegar. Un servidor pertenece (con orgullo) a esta asociación y estuvo vendiendo el fanzine y, de paso, firmando y dedicando ejemplares de Las Cosillas de Ana y Alex y Los 4 Fanáticos. La cosa no fue nada mal, la verdad.
Así que allí estuvimos durante cuatro días un puñado de gente de Almería compartiendo stand con Ariadna Editorial y conociendo y reencontrándonos con amigos (Vicente Galadí o Antonio “androito ke-ke” Jiménez, por ejemplo) y pillando dedicatorias del Ventura, Miguelanxo Prado o Santiago Valenzuela (me dejé los Esther y su mundo en casa). Sí, fueron sólo cuatro días y uno se quedó con ganas de más. Si a vosotros os ha pasado lo mismo con este post visitad el blog de Namuras. Él también estuvo allí.
Un apunte más. Alguno puede preguntarse quién es el moquillo a protejo de Hellboy en la imagen de ahí arriba (otros lo saben de sobra). Ese moquillo de tres meses es fruto de la relación pecaminosa entre éste, un servidor, y una señorita llamada Ana. La mocosa se llama Esther. La gente pensaba que la llamaría Gwen (Stacy), Mary Jane (Watson) o Jean (Grey). Como un personaje de cómic, vamos. Y cuando les dije que se llamaría Esther quedaron un poco defraudados. Pocos cayeron en ese cómic de Purita Campos llamado Esther y su mundo.

domingo, agosto 14, 2005

SIN CITY, UNA PUTA OBRA MAESTRA

Portada del primer tomo de Sin City (1994) y cartel de la película.

Y hablo del cómic. Ahora se estrena en todas las salas cinematográficas de España la adaptación de esta obra de Frank Miller. Se estrena varios meses de la primera fecha anunciada y un servidor ya tuvo tiempo de sobra de hacerse con una buena copia de internet y verla tranquilamente en su casa. En mi defensa tengo que decir que dispongo de un Home Cinema, un videoproyector y una pantalla de 2X2 metros donde se ven las películas de puta madre. Así que las condiciones eran idóneas para ver una gran película teniendo en cuenta el germen de la misma. Pero no fue así.

Quizás sea una de las más fieles adaptaciones cinematográficas de un cómic. Si no estuviera Miller también tras la cámara se podría hablar incluso de plagio descarado. No sólo se ha pretendido crear esa atmósfera del cómic en blancos y negros contrastados, sino que planos, angulaciones y diálogos son calcados a los empleados por Miller en sus novelas gráficas.
Y es que la película se basa en los primeros álbumes de Sin City. A saber: Sin City (rebautizado en la reciente edición de Norma como El duro adiós), La gran masacre y Ese cobarde bastardo.

Conozcamos un poco más estos títulos. La primera historia de Miller ambientada en la ciudad del pecado se publicó en la revista Dark Horse Presents. Era el año 1991. Como el mismo Miller confesaba, emepezó como una historia de 48 páginas que se fue alargando por culpa de Marv hasta convertirse en un tomo de casi 200. Y es que se recopiló años después en un álbum que arrasó en ventas, crítica y premios. Todo el mundo quedó impactado con esta obra cuando Frank Miller no aportaba, al menos gráficamente, nada nuevo. Ese juego de claroscuros se había visto ya en una larga lista de autores: Milton Cannif, Hugo Pratt, Gene Colan, Sergio Toppi, Alberto Breccia, Carlos Sampayo, y por qué no, Jordi Bernet; y hoy en día asociamos este estilo al de autores como Mike Mignola o Jae Lee. Sin embargo, conforme vas pasando las páginas te reafirmas cada vez más que tienes una puta obra maestra entre las manos. Cosa que no pasa con la película. Todo hay que decirlo.
El personaje principal de esta primera histora era Marv, un gigantesco matón aficionado a beber cerveza con whisky. Una mala bestia pero con la que terminabas encariñándote. Goldie, Wendy o Gail son algunos de los personajes que se nos presentaban en este tomo y con los que nos volveremos a cruzar en futuras historias.
Tras este título Miller dibujó Mataría por ella, historia de presentación de Dwight McCarthy. Destacar el protagonismo del grupo de prostitutas del barrio viejo que volverán a retomar y ser protagonistas absolutas en La gran masacre. Esta historia está ausente en la película aunque se hace referencia a ella varias veces sobre todo en los diálogos entre Dwight y Gail, antiguos amantes.
La gran masacre es el tercer título de la serie y segunda historia que se incluye en el filme. Es la historia de Jack Rafferty o de la cabeza de Jackie, como querais. Para mí es el título más flojo de los cuatro. Volvemos a encontrarnos a Dwight y al grupo de prostitutas con Gail (de nuevo) al frente.
La película empieza precisamente como en las primeras páginas de Ese cobarde bastardo. Y tiene su lógica ya que narra hechos acaecidos ocho años antes a las historias anteriores. Nancy Cahallan y John Hartigan son sus protagonistas. Junto a la historia de Marv y Goldie ésta es mi preferida. Dura, impactante y profunda. La película se abre y se cierra con ella. Aunque de forma algo confusa. Un montaje en la película un poco más trabajado habría dado más cohesión a las tres historias y no simplemente colocarlas una detrás de la otra dando síntomas de aburrimiento la última media hora. Espero que para los neofitos del cómic esta película les resulte lo suficientemente atractiva como para acercarse al él que seguro que disfrutarán aún (si cabe) más. Pero mucho más.

miércoles, agosto 03, 2005

LA PANTERA... SELLERS

Este año 2005 está siendo el año del IV centenario de El Quijote. Si se me apura, del 60 aniversario de Hiroshima y Nagasaki (¿cómo se puede conmemorar un genocidio?). Y muy pocos se han acordado del 25 aniversario de la muerte de Peter Sellers (1925-1980). Coincidiendo con tal obituario la plataforma televisiva Digital + emitió una programación especial el fin de semana del 22 de julio pasado. El especial contaba (entre otras cosas) con el preestreno de la película Llámame Peter un acercamiento íntimo a la persona de este actor británico (de vida un tanto infeliz). Pero la cosa no se queda ahí. Está previsto un remake para el año que viene de uno de sus títulos más famosos, La Pantera Rosa. Hay que tener caradura, y muy poca vergüenza, para tal despropósito, pero también es verdad que ya estamos acostumbrados a estas cosas. Como anécdotas decir que Steve Martín hará de Closeau, Jean Reno del comisario Dreyfuss y Beyonce de ¿Cato? No, es broma. Si es un remake de la primera de la saga hará de princesa ¿árabe? tal como hacía Claudia Cardinale en la original. Otro nombres que se suman a este despropósito son Kevin Kline, Emily Mortimer y ¡David Beckham! En fin…

A Peter Sellers se le recuerda por títulos como El quinteto de la muerte (1955), Lolita (1962) Teléfono rojo: volamos hacia Moscú (1964), Casino Royale (1967), El guateque (1968) o Bienvenido Mr. Chance (1979). Y como se puede ver no sólo cosechó éxitos en papales cómicos.


Y aunque mi cinta preferida es El guateque, he querido rendirle homenaje programándome en casa y en dvd la saga de la pantera rosa completa. He ido disfrutando de título por día. Así que durante seis días he ido viendo sucesivamente La Pantera Rosa (1963), El nuevo caso del Inspector Closeau (1964), El regreso de la Pantera Rosa (1975), La Pantera Rosa ataca de nuevo (1976), La venganza de La Pantera Rosa (1978) y, finalmente, Tras la pista de La Pantera Rosa (1982). Y digo “seis” títulos ya que reniego de dos títulos más que completarían esta saga: La maldición de la pantera rosa (1983) y El hijo de la pantera rosa (1993). Si ya Tras la pista… se limitaba a completar apenas hora y media de metraje con escenas eliminadas de los títulos anteriores y de imágenes en flash-back recordando al inspector Closeau (sacadas estas imágenes también de los títulos anteriores), estos dos otros títulos son un puro y burdo intento de exprimir aún más el fenómeno y éxito de la pantera rosa. Peter Sellers había muerto de infarto en 1980 y la serie de animación que surgió de los créditos de las películas triunfaban en el mundo entero, así que era lógico que la mente maestra que había creado todo aquello, Blake Edwards, quisiera seguir sacando tajada.

No sería nada original decir que de toda la saga, mi preferida es la primera. Aunque los mejores chistes y gags de Closeau los he encontrado en El regreso… Para algunos la mejor es La venganza… con el comisario Dreyfus convertido en un psicópata obsesionado con asesinar al inspector Closeau (inspector jefe, diría el propio Closeau) creando para ello toda una organización criminal.

En fín, como aparece en los créditos de Tras la pista…: "A Peter… el único e inimitable inspector Closeau".


lunes, julio 25, 2005

HECHOS



HECHO 1: AleS crea su blog.

HECHO 2: AleS publica con FXGràfic su tercer cómic paródico: LOS 4 FANÁTICOS.
HECHO 3: El autor intenta promocionarlo a toda costa.
HECHO 4: A través de este blog el autor está intentado venderte descaradamente su cómic.