martes, diciembre 13, 2005

EL CIELO SE NOS CAE ENCIMA!


Qué título más apropiado –por desgracia- de este último capítulo -¡y van 33!- de las aventuras –para mí- de Obelix y Astérix. Y es que el cielo, el mundo, el alma se te cae a la altura de los pies apenas abres este álbum. Recuerdo aquellas tardes muertas devorando los primeros álbumes de estos personajes en la Biblioteca Pública Villaespesa de Almería. Recuerdo La Hoz de Oro, Astérix legionario, Astérix y los godos, El combate de los jefes, La residencia de los dioses o, mi preferido, Astérix y Cleopatra. Luego vendrían otros títulos para mí bastante más flojitos: El hijo de Astérix, Astérix en la India, Astérix y La Traviata… Para entonces su guionista, René Goscinny había desaparecido –Astérix en Bélgica fue el último realizado por la pareja- siendo desde entonces Uderzo el que se encargaba tanto de la parte gráfica como del guión. Y así llegamos a El cielo se nos cae encima, el último álbum de Asterix y compañía. Y al despropósito, vamos, que es este tebeo -¿de Asterix?-. Su portada rememora el primer álbum de la serie, Astérix el Galo, pero cualquier parecido con éste mítico título se ha quedado en la portada y nada más. Siempre nos quedará aquella, la mayor aventura jamás dibujada. Aquella donde fueron necesarios para su realización: 14 litros de tinta china, 30 pinceles, 62 lápices de mina blanda, 1 lápiz de mina dura, 27 gomas de borrar, 38 kilos de papel, 16 cintas mecanográficas, 2 maquinas de escribir y ¡67 litros de cerveza! Hablo, por supuesto, de Asterix y Cleopatra...

1 comentario:

Carlos Merino dijo...

Sí, qué pereza leer los cómics de Astérix, que no tienen ya nada nuevo y se han quedado en la autoreferencia. Aunque merecen la pena sólo por ver a ese grandísimo dibujante que es Uderzo. Yo empecé a darme cuenta de que el listón había bajado con "La gran Zanja" (y eso que el guión era de Goscinny ¿no?). Pero siempre nos quedarán esas grandes historias de la Hispania de Sopalajo de Arrierez y Torrezno, (mientras lo escribo ya me entra la risa), donde los caminos siempre estaban en obras.
Dios te guarde Goscinny!!