Cuando ya oficialmente el otoño ha llegado, nosotros seguimos hablando del verano... pasado. En fin.
Una relectura (obligada), el Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons. No hay nada que uno pueda más añadir y que no se haya dicho ya de esta obra maestra del 9º arte.
Tampoco habría que añadir nada más del Clásicos DC Jack Kirby: Kamandi. Principalmente porque ya escribí algo al respecto unos posts más abajo y desde entonces no se ha publicado ningún número más de la serie. Sólo añadiré que Planeta anuncia el segundo volumen de esta magnífica serie para este mes de octubre.
Midnight Nation. Antes de que J. Michael Straczynski fichara en exclusividad por Marvel y se hiciera cargo de la serie Amazing Spider-Man (y de paso escribiera algunos de los episodios más memorables de los últimos veinte años), firmó el guión de esta maxiserie de 12 capítulos con un dibujo más que correcto de Gary Frank. Y si no he querido hablar mucho más de Cromwwell Stone en el post anterior para no destripar su argumento, menos tendría que hacerlo de una serie que comienza como una historia al más puro estilo de novela negra policiaca a lo Ed Brubaker, y que muy pronto desemboca en la extraña road-movie de incierto final.
“En Mu-Dhara nació Alef-Thau, sin brazos ni piernas. Pero una visión profética le muestra liberando a los habitantes del planeta dotado de todos sus miembros y con una bella mujer, Diamante, luchando a su lado...” Así empieza el tercer himno de las aventuras de Alef Thau: El rey tuerto. Lo primero que leí de esta serie allá por el año 1988 o 1989. Entonces echaba los veranos unas horas en el quiosco de mi tío Joaquín. Recuerdo esos calurosos meses de julio y agosto y lecturas tan apasionadas como ésta. Muchos años más tarde por fin decidí completar la historia y hace unas semanas en un viaje a Madrid encontré los dos últimos tomos que me faltaban, El señor de las ilusiones y La puerta de la verdad. En total son ocho volúmenes con guión de Alejandro Jodorowski y dibujos de (salvo el último número, y se nota) de Arno. Los primeros números los publicó Eurocomic en su Colección Humanoides y luego Norma los reeditaría y terminaría de completar la saga.
Y si el orden de lectura no ha sido exactamente éste –he citado de memoria las lecturas que más recuerdo-, la última sí que ha sido ésta: Batman Blanco y Negro. Normalmente álbumes así, de estas características (historias cortas dibujadas por una larga lista de autores cercanos y lejanos al personaje con el que tratan), son sinónimo de irregularidad. Parece casi inevitable aunque esas historias las firmen Dennis O´Neil, Chuck Dixon, Neil Gaiman o Archie Goodwin, o las ilustren Brian Bolland, Richard Corben, Kevin Nowlan, Bill Sienkiewicz o ¡Katsuhiro Otomo! Sin embargo, sin ser una obra redonda –prácticamente imposible en un recopilatorio-, es una lectura bastante recomendable donde destaco (algunas de) las historias (las) dibujadas por Bruce Timm, Howard Chaykin, José Muñoz, Simon Bisley, Brian Bolland o Gary Gianni. Leñe, si es quita el hipo releer estos nombres. Por último, existe también una edición anterior a la de Planeta de la mejicana Vid, en dos tomitos y sin gran cantidad de material complementario que sí tiene ésta (bocetos de páginas, pin-ups, estudios preliminares, etc.).
Tampoco habría que añadir nada más del Clásicos DC Jack Kirby: Kamandi. Principalmente porque ya escribí algo al respecto unos posts más abajo y desde entonces no se ha publicado ningún número más de la serie. Sólo añadiré que Planeta anuncia el segundo volumen de esta magnífica serie para este mes de octubre.
Midnight Nation. Antes de que J. Michael Straczynski fichara en exclusividad por Marvel y se hiciera cargo de la serie Amazing Spider-Man (y de paso escribiera algunos de los episodios más memorables de los últimos veinte años), firmó el guión de esta maxiserie de 12 capítulos con un dibujo más que correcto de Gary Frank. Y si no he querido hablar mucho más de Cromwwell Stone en el post anterior para no destripar su argumento, menos tendría que hacerlo de una serie que comienza como una historia al más puro estilo de novela negra policiaca a lo Ed Brubaker, y que muy pronto desemboca en la extraña road-movie de incierto final.
“En Mu-Dhara nació Alef-Thau, sin brazos ni piernas. Pero una visión profética le muestra liberando a los habitantes del planeta dotado de todos sus miembros y con una bella mujer, Diamante, luchando a su lado...” Así empieza el tercer himno de las aventuras de Alef Thau: El rey tuerto. Lo primero que leí de esta serie allá por el año 1988 o 1989. Entonces echaba los veranos unas horas en el quiosco de mi tío Joaquín. Recuerdo esos calurosos meses de julio y agosto y lecturas tan apasionadas como ésta. Muchos años más tarde por fin decidí completar la historia y hace unas semanas en un viaje a Madrid encontré los dos últimos tomos que me faltaban, El señor de las ilusiones y La puerta de la verdad. En total son ocho volúmenes con guión de Alejandro Jodorowski y dibujos de (salvo el último número, y se nota) de Arno. Los primeros números los publicó Eurocomic en su Colección Humanoides y luego Norma los reeditaría y terminaría de completar la saga.
Y si el orden de lectura no ha sido exactamente éste –he citado de memoria las lecturas que más recuerdo-, la última sí que ha sido ésta: Batman Blanco y Negro. Normalmente álbumes así, de estas características (historias cortas dibujadas por una larga lista de autores cercanos y lejanos al personaje con el que tratan), son sinónimo de irregularidad. Parece casi inevitable aunque esas historias las firmen Dennis O´Neil, Chuck Dixon, Neil Gaiman o Archie Goodwin, o las ilustren Brian Bolland, Richard Corben, Kevin Nowlan, Bill Sienkiewicz o ¡Katsuhiro Otomo! Sin embargo, sin ser una obra redonda –prácticamente imposible en un recopilatorio-, es una lectura bastante recomendable donde destaco (algunas de) las historias (las) dibujadas por Bruce Timm, Howard Chaykin, José Muñoz, Simon Bisley, Brian Bolland o Gary Gianni. Leñe, si es quita el hipo releer estos nombres. Por último, existe también una edición anterior a la de Planeta de la mejicana Vid, en dos tomitos y sin gran cantidad de material complementario que sí tiene ésta (bocetos de páginas, pin-ups, estudios preliminares, etc.).
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