SÁBADO: EL DÍA DESPUÉS.

Así quedó aquella página abocetada.

¿Recordáis aquel boceto de una de las páginas del cómic? Era el martes. Pues así quedó aquella página completamente terminada. Y es que el reto se superó: conseguí hacer un cómic de tres páginas y a color en menos de una semana.

Tal como he ido comentando el color lo apliqué directamente sobre el papel y utilizando gouache (temperas, vamos), aunque mi idea original era hacerlo con acrílicos. Pero estaban más que secos los botes que tenía en casa. Para los detalles, sin embargo, empleé otras técnicas como lápices de colores y acuarelables, el collage, incluso un bolígrafo Bic negro. Nada nuevo en mi forma de trabajar. Bueno, en esta ocasión sí que he hecho incorporado una novedad: el pincel seco a la hora de entintar con tinta china. Surgió por casualidad, cuando estaba entintando una de las primeras viñetas de la página 1. Me gustó el efecto, así que rehice el entintado de las viñetas que ya estaban entintadas y continué empleándolo a lo largo de todo el cómic.

A la hora de rotularlo tenía claro que lo haría con tipografías impresas del ordenador. Escribí los textos en Word y los imprimí. Recorté y pegué, pero los textos impresos, por culpa del papel, quedaban grises y no tenían suficiente calidad. Así que (¡menos mal que guardé el documento!) los volví a imprimir, a color y en papel fotográfico. Los volví a recortar y los pegué. Perfectos.

Cuando acabo una página de cómic normalmente la dejo "reposar" unos días, tras los cuales vuelvo a ella y suelo hacer algún que otro cambio. En esta ocasión esto no era posible por lo tanto la revisé más conciencia sabiendo que tenía que darla por terminada ya. Añadí unas líneas cinéticas, algún último brillo y alguna que otra cosa de última hora y lo envalé en un sobre rígido y me encaminé pa´ Graná ya que había que entregarlo antes de las 14 horas...