A lo largo de estos diez días un servidor ha recorrido parte de la geografía española y de su rica gastronomía. Pero además del arroz zamorano, el queso de Casar, los chuletones de Ávila, los tostones, la sopa castellana y el arroz con leche, no he dejado de disfrutar rodeado de cómics...
En Salamanca, visita a las tiendas de cómis y, por la noche, Esther leyendo en el hotel.
En Ávila Ferran Delgado me mostró parte de su impresionante colección de originales de Bill Sienkiewicz.
Y mientras pasábamos los últimos días en Oviedo, esto me esperaba en casa: el quinto volumen de El Príncipe Valiente, edición de Manuel Caldas. ¡Una pasada!
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