lunes, julio 17, 2006

POR QUÉ NO NECESITAMOS A ESTE SUPERMAN...

¿Dos mejor que uno?


Parafraseando uno de los artículos de Lois Lane (el que finalmente le valdría su ansiado Pulitzer), uno se pregunta esto al ver Superman Returns. Vaya por delante primero que no voy a destripársela a nadie que no lo haya visto aún, y, segundo, que prefiero unas mil veces más cualquiera de las tres primeras. ¡Ojo!, he dicho las “tres”, no las dos. Tampoco voy a cebarme en las evidentes diferencias actorales que hay entre los dos protagonistas que interpretan a los dos personajes (Clark Kent/ Superman), que las comparaciones, ya saben, son odiosas, pero evidentemente el Brandon Routh éste no le llega ni al dobladillo de la capa al mítico Christopher Reeve.
Voy a empezar comentando el montón de guiños a las dos primeras: los inevitables acordes de John Williams (si no, ¡no sería Superman!); las créditos en plan 3D como en toda la saga; Marlon Brando como Jor-El; el mismo planeta Kripton; la nave de la “segunda” llegada de Superman es la misma que en Superman I; la foto de Glenn Ford en la chimenea de los Kent; la estética un tanto ochentera de la película con un Clark Kent calcado al que creó Christopher Reeve; el artículo de Lois Lane “Yo pasé una noche con Superman”; la misma Lois Lane sin un Maria Moliner a mano; la kriptonita robada del museo –la misma de Superman III-; o un Lex Luthor, el mismo pseudovillano de tres al cuarto de las dos primeras entregas salido de prisión tras Superman II (quizás con menos vis cómica). Estos son algunos de los homenajes que hace su director, Brian Singer, a los títulos cinematográficos precedentes del superhéroe de la DC.
También habría que destacar otros guiños, éstos más bien dirigidos al aficionado de siempre a los cómics del vástago de Kripton que a la saga del personaje. Por ejemplo, la portada del Action Comics #1 (junio de 1938, primera aparición de Superman) donde se le ve levantando un coche.
Pero, en definitiva, Singer ha aportado bastante poquito en este título de Superman Returns a la saga, al personaje en concreto e, incluso, al cine en general. A parte de este cúmulo de guiños y homenajes, claro. Ha mantenido la imagen del ñoño y pasado Clark Kent (¿otro homenaje al Superman de Reeve?), y, eso sí, ha creado a una nueva Lois Lane, insultantemente joven, cuajada con litros de horchata circulando por sus venas. Ah, y, bueno, ha desperdiciado el talento de un pedazo de actor como es Kevin Spacey.
Por otra parte, hay una continua serie de incongruencias narrativas y dramáticas (cinematográficamente hablando, no me refiero a la fidelidad con respecto al cómic y demás pamplinas) que uno no termina de creerse, al leer los títulos de crédito al finalizar la película, que sea Singer (¡el de los X-Men, el de Sospechos Habituales!) el responsable de tanto despropósito. ¡¡Un premio Razzie para el montador!!
Ni siquiera los cacareados efectos especiales aportan alguna novedad. De hecho, a algunos de ellos se le nota ya el truco (no quiero imaginarme cómo cantarán dentro de unos años).
Por lo tanto, y sólo por estos “homenajes” y la nostalgia que le tenemos al personaje, a uno se le podría ocurrírsele meterse a ver este título. Bueno, y por las dos horas y media de calorín que te quitas de encima.
Pero, como decía la promoción de una cadena privada anunciando la emisión de la primera entrega de esa superproducción kitsh de 1978, Superman, The Movie -dirigida infatigablemente por Richard Donner-: me quedo con “la auténtica”.

1 comentario:

Silver dijo...

Si hay tantos, como tu dices, "homenajes" a las versiones anteriores es simplemente por que este nuevo capitulo de superman no es mas que una continuación de la saga anterior... no no hayamos con una nueva historia o con una nueva trama, esta sigue el hilo de las otras versiones cinematográficas del heroe que usa la ropa interior por fuera mas famoso del mundo...